Muros en piedra a seco, símbolo de la viticultura heroica, patrimonio de la Humanidad

Los territorios designados por la UNESCO para los muros secos (Chipre, Croacia, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia, España y Suiza) corresponden a las zonas aptas para la viticultura heroica.

«El reconocimiento por parte de la Unesco de la práctica rural del arte de los muros de piedra seca, que ha sido inscrita en la lista de los elementos declarados patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, representa un gran testimonio para la viticultura heroica en toda la zona del Mediterráneo y para los territorios en fuerte pendiente, honrando y cualificando aún más el trabajo de los viticultores heroicos». Lo dice Roberto Gaudio, del Cervim, que destaca cómo el arte de los muros de piedra seca - perteneciente a Chipre, Croacia, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia, España y Suiza - refleja la geografía de la viticultura heroica, que es obviamente más amplia.

Es la segunda vez - recuerda el Cervim - después de la práctica tradicional del cultivo de la vid a "alberello" de Pantelleria, que se atribuye este reconocimiento a una práctica agrícola y rural; y también la isla siciliana es uno de los territorios símbolo de los vinos extremos de gran calidad.

«Los muros de piedra seca son identitarios del paisaje de la viticultura heroica. Y la intransferibilidad de estos paisajes - añade el Sr. Gaudio - los caracteriza con valores culturales, identitarios y de atractivo económico y turístico, como custodios del territorio y del paisaje. Indudable y ya reconocida, gracias también al trabajo del Cervim llevado a cabo en estos años, el gran valor paisajístico de estos ambientes. Gracias a los viticultores heroicos que, a lo largo de los siglos, con esfuerzo y pericia a través de un trabajo encomiable han sabido dar forma a territorios difíciles y difíciles, se ha llegado al reconocimiento como patrimonio de la humanidad por este paisaje irrepetible».

Los otros reconocimientos de la Unesco relacionados con la viticultura heroica - En 1997 y 2000, respectivamente, se reconoció como paisaje cultural (también por la presencia de viñedos) el Parque Nacional de las Cinco Tierras en Italia y la Región de Wachau en Austria; en 2001, la región del Duero de Portugal fue reconocida por primera vez en el mundo como paisaje vitícola, seguida en 2004 por Ilha do Pico en las Azores, por la zona de Lavaux en Suiza en 2007 y por Langhe, Roero y Monferrato en Italia en 2014; Ese mismo año se reconoció también el sistema de cultivo de la vid de "alberello" de la isla de Pantelleria, primer elemento cultural del mundo de carácter agrícola reconocido por la Unesco.